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Jonas Carpignano • Director

“Scorsese fue mi guía espiritual para mi película sobre gitanos”

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- CANNES 2017: El cineasta italoamericano ha presentado en la Quincena de los Realizadores A Ciambra, un film que retrata a la comunidad de gitanos de Gioia Tauro, Calabria

Jonas Carpignano  • Director
(© Quinzaine des Réalisateurs)

El público de la Quincena de los Realizadores del 70º Festival de Cannes acogió calurosamente el film A Ciambra [+lee también:
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, segundo largo del director italoamericano Jonas Carpignano, que se crió en Nueva York. La película cuenta la historia de la comunidad de gitanos sedentarios que vive en Gioia Tauro, Calabria, a través de los ojos de un chico, Pio Amato. La ópera prima de Carpignano, Mediterranea [+lee también:
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, que trata sobre inmigrantes africanos en Calabria, fue presentada en la Semana de la Crítica, donde recibió el premio 2015 a mejor director debutante por parte de National Board of Review.

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Cineuropa: ¿Cómo se gestó el film? Tras tu última película, que trataba sobre africanos, ¿querías que el público se fijara en la comunidad gitana?
Jonas Carpignano: Llevo siete años viviendo en Gioia Tauro. La idea era no hacer un retrato impersonal de la comunidad gitana. Mi punto de partida siempre es un personaje, y esta vez quería contar la historia de Pio, a quien conocí hace cuatro años. Estaba haciendo el casting, y vi a un chico de menos de 12 años que llevaba puesta una chaqueta de cuero negro y me pidió un cigarrillo. Su actitud me sorprendió inmediatamente, era tan diferente a la de los otros...

¿Y conociste a toda la comunidad?
Eso empezó con un coche que nos robaron cuando estábamos rodando un corto hace siete años. Cuando te roban algo en Gioia Tauro, vas a ver a los gitanos; acudí a ellos, y me enamoré de su energía. Comencé a pasar mi tiempo en Ciambra, algo que hice durante cinco años, mientras pensaba en la película que quería hacer. Entablé una relación estrecha con la familia Amato, y fui adaptando el guion que ya tenía en mente, enriqueciéndolo con elementos de su vida real.

En el rodaje, ¿te ceñiste a un guion rígido, o había espacio para la improvisación?
Mi método de trabajo es escribir el guion mientras vivo mi vida; oigo ciertas frases, las escribo y las inserto en el guion. Para esta película, como ya hice en Mediterranea, elegí a actores no profesionales para los papeles principales, personas que pertenecían al mundo que estaba retratando. Puede parecer que todo está improvisado, pero había un guion como tal, y nos ceñimos a él.

La película confirma unos cuantos estereotipos, y de un modo realista...
Pero no creo que haya difamado a la comunidad gitana, a la cual amo con todo mi corazón y considero mi familia. Lo importante es mostrar el lado humano, ver más allá de los estereotipos. Yo intento evitar jugar a ser un benefactor, cueste lo que cueste; el desafío que me planteo a mí mismo, y que también planteo al espectador, es mostrar lo que son en realidad, y quererlos a pesar de todo, hacer ver a la gente que son personas, igual que nosotros, a pesar de que roben.

Martin Scorsese quería sumarse al proyecto como productor ejecutivo. ¿Cómo fue esa colaboración?
Muy emocionante. ¡Scorsese fue una especie de guía espiritual! Le encantó un álbum de fotos que hice de Ciambra, y me pidió leer el guion. Pero no intentó cambiarlo. Luego vio una versión del montaje, y nos dio algunos consejos sobre los cortes y el sonido. Fue muy importante contar con sus consejos. Su pre

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(Traducción del italiano)

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