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Gabriele Mainetti • Director

"Personales reales en un contexto absurdo"

por 

- Tras haber asombrado al público del Festival de Roma en octubre, el realizador italiano nos habla sobre su primer largometraje, titulado Le llamaban Jeeg Robot

Gabriele Mainetti  • Director

Fue la gran revelación de la pasada edición del Festival de Roma: la historia de un pequeño delincuente, huraño y solitario, que descubre que tiene superpoderes y un corazón. A caballo entre el neorrealismo y la animación japonesa, Le llamaban Jeeg Robot [+lee también:
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entrevista: Gabriele Mainetti
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es una película divertida y original que mezcla de manera sorprendente géneros distintos, que nadie quería producir. "La historia está escrita desde 2010. Los productores se reían de mí cuando les contaba de que iba", explica el director Gabriele Mainetti, nacido en 1976.

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Cineuropa: ¿Qué es lo que no convencía a los productores?
Gabriele Mainetti: La estructura de producción daba mucho miedo, porque había muchas escenas de acción. Y luego el tema del cine de género. En 2010, el rollo Romanzo criminale acababa de empezar y decían: "mira, en Italia a nadie le gusta el cine de género". Sólo se podían hacer comedias o películas de autor de bajo presupuesto. Entonces me dije: “tengo que hacer algo o me vuelvo loco”. Así nació el corto Tiger Boy.

Tiger Boy, historia de un niño enmascarado, además de ganar muchos premios consiguió colarse entre las finalistas al Oscar al mejor cortometraje de 2014. ¿Ni siquiera después le dieron más confianza con la película?
Los productores seguían sin verlo claro. Ha sido complicado superar la desconfianza que genera algo nuevo y distinto, que a pesar de todo tiene unas raíces muy italianas. En los años 60 y 70 hicimos de todo, nada nos paraba, desde luego no el presupuesto. El cine de género se hacía con poquísimo dinero. Al final decidí producir yo mismo la película (para un total de 1,7 millones de euros) y estoy contento de haberlo hecho así.

Tanto en Tiger Boy como en Le llamaban Jeeg Robot, el traje del superhéroe está hecho a mano. El heroísmo tiene un aspecto casi neorrealista. ¿De donde surge este universo?
Nace de la colaboración con Nicola Guaglianone, autor de la historia y del guión (junto a Menotti), así como de Tiger Boy y Basette, mi primer corto. Nos definimos hijos de Bim Bum Bam (programa de televisión para niños de los años 80, ndr), que nos llenó el tiempo cuando éramos chavales. Después de estudiar cine fuimos a recuperar lo que nos tocaba más, los dibujos de Lupin III, Tiger Man… En cuanto a los trajes, queríamos que tuviese un aspecto más sencillo, lejos de los detalles del cine americano. Así que nos la llevamos a casa y la cosimos a mano.

Y el superhéroe, en tu película, no lleva pantalones ajustados …
El superhéroe nace al final, tras una importante catarsis. Falta un historial de esto en Italia, es algo que no nos pertenece. Era necesario acompañar al espectador para que fuese creíble. Por esta razón, hemos elegido personajes reales y los hemos situado en un contexto absurdo. Normalmente se hace lo contrario. Y no son todos buenos o malos. Enzo, el protagonista, es un antihéroe al principio y se vuelve bueno al final. Zingaro es el malo, pero posee una fragilidad con la que nos identificamos todos, esa necesidad de que te vean en las redes sociales porque si no es como si no existieses.

Otro elemento de la película de gran actualidad es el miedo a los atentados. ¿Es algo en que habíais pensado desde el inicio
Para nosotros era importante crear un mundo real. La gente va a ver una película cuando habla de nosotros, cuando es sensible a un problema de nuestros días. Si no, el riesgo es dirigirte sólo a los aficionados del género. De aquí surge el tema del terrorismo. Desde luego que hemos elegido el contexto de Tor Bella Monaca porque necesitábamos un espacio lleno de problemas, donde la gente estuviese armada, lo que no ocurre en el centro de Roma. Pero es una película accesible, comprensible para todos.

Estudiaste cine en Nueva York, en la Tisch School of the Arts. ¿Qué te queda de aquella experiencia?
La humildad y el sentido práctico. Sobre todo me he deshecho de un temor reverencial hacia la cámara. Allí te dan una Panavision y tienes que poner las lentes, rodar cortos como un director de fotografía y mucho más. Te empujan a que saques lo mejor de ti, a hacer tu cine y no pararte ante ningún obstáculo. Esta película daba miedo desde el punto de vista de la producción: un superhéroe, una marginada que cree en Jeeg Robot de Acero, efectos especiales, el Estadio Olímpico… En mi doble papel de director y productor sufría, pero me he divertido muchísimo. Hemos afrontado hasta las cosas más difíciles como superhéroes.

Todos esperamos ansiosos tu próxima película. ¿Qué planes tienes?

Hemos hecho varios borradores, estamos pensándolo. No sé si irá sobre superhéroes. Tenemos en mente una historia con mezclas parecidas, pero muy original. A mi desde luego lo que más me gusta es entretener y divertir. Será cine de género, esto es seguro. 

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(Traducción del italiano)

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