15/02/2013 - La mujer del chatarrero tuvo su estreno mundial en la competición de la Berlinale, donde ganó el Gran Premio del Jurado y el galardón al mejor actor para Nazif Mujic.

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entrevista: Danis Tanović
ficha de la película] , nueva película del director bosnio Danis Tanović, ganador de un premio Oscar por No Man's Land fue presentada en estreno mundial en la competición oficial del la Berlinale. Tanović ha hablado con Cineuropa sobre el reparto compuesto por actores no profesionales y su rabia hacia la falta de un sistema en los Balcanes.

Cineuropa: ¿Cómo diste con la historia de Nazim y Senada y por qué decidiste hacer una película en las que interpretaban a sí mismos?
Danis Tanović: Hace un año leí un artículo sobre lo que les pasó y me dio mucha rabia. Fue hasta allí y conocí a Nazif y Senada, aunque al principio no sabía qué hacer. Simplemente sabía que quería hacer una película, pero no qué tipo de película. La tercera vez que les visité tuve esta idea alocada y dije a [la productora de la película] Amra Bakšić Čamo que la única manera de hacer esta película es que se interpretasen a sí mismos, porque para este tipo de historia no tiene sentido esperar para conseguir la financiación necesaria para una película normal. Solicitamos ayuda al fondo bosnio, que nos dio 17.000 euros, lo cual fue básicamente nuestro presupuesto. Fui con un equipo pequeño hecho de amigos con quienes había trabajado en mis anteriores películas y accedieron a hacerlo con salarios mínimos.
La película nació de un instinto. No hubo nada planeado. Creo en el instinto. Después de todos estos años, me he dado cuenta de que la dirección no es más que tu punto de vista sobre el mundo. Cualquiera puede aprender la base técnica, pero el resto son tus sentimientos, que o tienes o no tienes. Y ésta es la manera cómo veo el mundo.

¿Hiciste un guión?
No. Pedí a Nazif que me contara la historia y yo me apuntaba momentos que me parecían interesantes para la película. Cada día lo que hacíamos era reconstruir lo que pasó. No había un guión, simplemente recorríamos su vida día tras día. No hay actores en la película, ni dirección de arte, ni efectos especiales. Tan sólo los dos médicos no se interpretan a sí mismos, por razones obvias, pero son médicos en la vida real.

¿Cómo fue el trabajo con actores no profesionales?
No hacía más que decirles que no actuasen, pero no tiene la preparación para ello. Todas las escenas fueron rodadas en la primera o segunda toma. En la tercera empezaban a actuar y ahí se acababa todo. Los actores no profesionales dan a la película algo que los actores profesionales no pueden.

La rabia hacia el sistema o la falta del mismo y la situación en la que nos vemos obligados a vivir es aún más clara en esta películas que en las muchas otras producidas en la antigua Yugoslavia.
El único sistema que veo está en Eslovenia, hasta un cierto punto. Todo lo demás son tácticas de supervivencia, en lugar de una estrategia para salir adelante. Nadie quiere admitirlo, pero el sistema se está desmoronando. Todos estos países tienen muchas deudas y dentro de poco tendrán que rendir cuentas. Las clases más bajas ya han tenido que hacerlo. Son los primeros en caer cuando llegan las dificultades.
Amo a mi país, pero no estoy nada contento con la situación. Estoy enfadado y triste. Lo único que nos salva es la bondad de la gente. Cuando ésta se termine, estamos acabados. La razón por la que hice esta película es porque me di cuenta de que está gente era dulce y llenas de amor. No estamos en contacto con la población gitana. Todo se reduce a verles pedir limosna por las calles o lavar los limpiaparabrisas. Nunca antes había ido a un poblado gitano a pasar tiempo con ellos. Un buen amigo amigo mío me dijo cuando vio la película que a partir de entonces no les vería de la misma manera. Eso es lo más importante para mí.