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Antony Cordier • Director

“Era el momento de arriesgar, de no censurarse”

por 

- El cineasta francés Antony Cordier nos habla de su tercer largometraje, Gaspard va au mariage

Antony Cordier  • Director
(© Claire Viroulaud)

Antony Cordier, que fue descubierto en la Quincena de los Realizadores de 2005 con Douches froides [+lee también:
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y compitió en la Mostra de Venecia de 2010 con Happy Few [+lee también:
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, vuelve con su tercer largometraje, la divertida Gaspard va au mariage [+lee también:
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entrevista: Antony Cordier
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Cineuropa: ¿Cómo surgió la idea de situar la trama de la película en un zoo?
Antony Cordier: Yo trabajaba en el proyecto junto con mi guionista Julie Peyr y los dos buscábamos un universo para la historia que queríamos contar. Ambos pensamos en el zoo y en los recuerdos personales que nos evocaba. Cuando era niño, iba muchas veces a acampar cerca del zoo de la Palmyre, que fue creado por Claude Caillé, un personaje sorprendente. Cuando se nos ocurrió esta idea, fue como una revelación: si la familia de la que queríamos hablar viviese en un zoo, nos facilitaría el trabajo, ya que viviría rodeada de animales salvajes y no tendría los mismos reparos que pueden tener las demás personas. Eso nos daba la oportunidad de ir más lejos en la fantasía y la locura, ser más excéntricos y despegarnos del realismo.  

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¿Por qué decidiste hacer un relato coral cuyo centro se desplaza de un personaje a otro?
Queríamos trabajar sobre temas dramáticos clásicos. Está la comedia romántica tradicional con Gaspard y Laura, que piensan que no se aman mientras todo el mundo se da cuenta de que se aman o que se amarán pronto. Y también está la película sobre la herencia familiar, con un zoo que no va muy bien y que quizás haya que vender. Al principio, teníamos una idea general pero también queríamos tratar varios temas sin que ninguno destacase sobre los demás. Al final, decidimos que cada personaje tendría un conflicto y, por lo tanto, habría que saltar de un personaje a otro. 

¿La confusión de los sentimientos es tu tema predilecto?
Para mí, es lo más emocionante y divertido de la vida. Son muchos los personajes que entran en un periodo de confusión del que, al final, logran salir. En esta película, la confusión empieza con Gaspard, que acude a la boda de su padre; pero, en realidad, todos los personajes deben encontrar el amor y, en cierto modo, todos asisten a sus propias bodas.

¿Hasta qué grado de comedia quieres que llegue la película?
Yo siempre he abordado mis películas como comedias pero, a la hora de la verdad, nunca son percibidas así, sino como películas melancólicas. Yo sabía que para obtener lo que quería, tenía que aumentar la dosis de comedia en el guión, en la dirección de actores y en las escenas. Durante el rodaje, intentamos buscar las ideas más divertidas, más locas y más libres.

Háblanos sobre esos momentos musicales que tanto te gustan.
Esta película ha sido muy difícil de financiar, nos ha llevado varios años. Cuando por fin pudimos hacerla, disponíamos de un presupuesto muy limitado, así que dijimos: ya que la hacemos, vamos a divertirnos. Era el momento de arriesgar, de no censurarse. Este principio de placer también me ha guiado para la música. Es algo que me suele gustar mucho en el cine y esta película se relaciona con los cuentos a través del personaje de Christa Theret, que es una especie de Piel de asno. Podemos ver la película como un libro infantil que contiene pasajes musicales justo antes de pasar la página.  

¿La mezcla de géneros ha dificultado la financiación?
Hay que encajar en una casilla determinada. Seguramente, es más fácil conseguir financiación para una película de autor extremadamente dramática o para una comedia dirigida al gran público. Con Gaspard, estábamos en un punto intermedio donde se difuminaban las líneas editoriales bien definidas que se suelen buscar.

El título de la película hace referencia a Margot y la boda de Noah Baumbach. ¿Te sientes próximo al humor anglosajón?
Sí, en la escritura. Tengo la impresión de que hay dos fantasmas en la comedia francesa: tener la eficacia de la escritura anglosajona y la gracia de la comedia italiana. Me gusta esta película de Noah Baumbach y yo necesitaba un título literal, descriptivo. Me parecía divertida la idea de un préstamo a Baumbach, que a su vez hacía referencia a La buena boda de Eric Rohmer, como un tráfico cinéfilo entre Francia y Estados Unidos.

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(Traducción del francés por Carolina Benítez)

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