14/03/2024 - Benito Zambrano presenta un interesante thriller dramático sobre la tragedia de la inmigración con la intención de llegar al gran público

Ibrahim es un inmigrante africano que llegó a España desde su Guinea natal hace unos años. Ahora su vida y su familia están en Madrid, donde trabaja como albañil y está a punto de esperar a un hijo junto a su mujer. Un día, inesperadamente, la policía lo detiene para deportarlo a su país de origen, ya que carece de permiso de residencia. A partir de ahí, empezará toda una odisea para tratar de regresar a España junto a su familia y en la que terminará enfrentándose a el salto de la valla de Melilla, algo a lo que muchos no consiguen llegar jamás y en lo que otros muchos también mueren en el intento. Esta es la historia que cuenta El salto [+lee también:
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ficha de la película], la nueva película de Benito Zambrano, escrita por Flora González Villanueva y presentada en la Sección Oficial fuera de concurso del Festival de Málaga.

Zambrano cuenta la tragedia que hay detrás de cada migrante que trata de saltar la valla de Melilla en una película clásica en sus formas, con una intención claramente realista y social, una especie de thriller dramático sin artificios con la voluntad de hacer llegar este relato al gran público (algo que también la conecta con la reciente Yo capitán [+lee también:
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ficha de la película] de Matteo Garrone), acercándose a las historias de vida de los personajes, a sus dramas, miedos y esperanzas. Ahí reside precisamente una de las grandes virtudes de la película, en la humanidad y la falta de sensacionalismo desde la que el director trata de reflejar la tragedia de la inmigración. Desde esa intención de poner la historia humana que se cuenta en el centro, la película consigue reflejar la situación de vulnerabilidad y desamparo en la que se encuentran muchos inmigrantes, cómo el sistema y sus instituciones deshumanizan por completo estas tragedias humanas, cómo día a día se cometen crímenes contra los derechos humanos con el amparo de la ley y la complicidad de la sociedad, la indiferencia con la que convivimos con la violencia y la muerte ajena, cómo miramos para otro lado mientras la tragedia no afecta a nuestra zona de interés. Con ello, la película plantea debates interesantes sobre la injusticia de este drama, sobre el hecho de que algo sea legal no significa necesariamente que sea justo y que no haya que hacer nada por cambiarlo.

Si bien por momentos carece de cierta potencia visual y emocional, se trata de una película bien resuelta a nivel de dirección e interpretación, que consigue llegar con fuerza a esa poderosa escena final en la que se contiene todo el fondo de la película: el terror, la desesperación, la necesidad de aferrarse a algo, de tener una esperanza, estar dispuesto a arriesgar la vida porque ya lo has perdido todo, el miedo a morir y al tiempo estar ya muerto si no intentas ese salto.

“A quienes murieron en el viaje. A quienes llegaron. A quienes los recibieron con los brazos abiertos”, se dice en los créditos finales de la película a manera de dedicatoria. El salto es una película sencilla y honesta, cine social y político que consigue lo que pretende: llegar al gran público sin pretensiones edificantes ni grandes discursos. Una película que dialoga con el presente logrando una suerte de espejo de lo que hoy somos como sociedad.

El salto es una coproducción entre España y Francia de las compañías Cine365Films, Cine365 Films Canarias AIE, Castelao Producciones, Virtual Contenidos y Noodles Productions, cuyas ventas internacionales están a cargo de Filmax, que también la estrenará en salas españolas el próximo 12 de abril.