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PELÍCULAS / CRÍTICAS Bélgica / Países Bajos

Crítica: Skunk

por 

- En su cuarto largometraje, inspirado en hechos reales, Koen Mortier pinta un retrato sin concesiones y perturbador de un joven roto por la violencia

Crítica: Skunk
Thibaud Dooms en Skunk

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, la nueva película de Koen Mortier, que fue presentada en noviembre en un Just Film - Youth and Children's Film Festival —que se celebra paralelamente al Festival Black Nights de Tallin— en el que la película se hizo con premio del jurado juvenil, se estrenará en los cines belgas el 13 de marzo de la mano de September Film. Koen Mortier no es precisamente un director de los que se andan con medias tintas en sus cintas, y Skunk no es una excepción. Ex Drummer [+lee también:
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empleaba cierto grado de cinismo para describir la problemática relación entre un escritor en busca de emociones y tres músicos de rock discapacitados y particularmente violentos que deciden permitir que el primero forme parte de su banda; 22nd of May [+lee también:
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sumergía a los espectadores en el caos que siguió a la explosión de una bomba en un centro comercial; y Un ange [+lee también:
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giraba en torno a la decadencia de un ciclista de carreras que se pierde en las drogas y acaba autodestruyéndose en el Dakar nocturno.

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Con Skunk, Mortier lleva la violencia a otros niveles. La película retrata al joven de 17 años Liam, un chico perdido en el mundo y marcado de por vida por años de abusos familiares, un joven en un camino imposible hacia la rehabilitación, atormentado por una violencia que se ha apoderado de él. La magnitud del daño infligido a Liam se da a conocer a través de numerosos flashbacks en los que la violencia retratada es innegablemente excesiva y llevada al límite, una violencia compuesta por todo tipo de abusos (físicos, sexuales, de sustancias, alcohol y drogas) y pura saña, castigo y humillación. "Cada niño tiene una historia que contar", se dice en la película, al tiempo que se advierte de que el infernal viaje de Liam está inspirado en hechos reales. De hecho, la película está basada en una novela que Geert Taghon escribió tras años de experiencia como psiquiatra juvenil. La historia se desarrolla en el presente, en un centro de menores. Tras verse apartado —e incluso rescatado— de su familia, Liam entra en escena como un intruso en un centro de menores en el que no da la sensación de ser bienvenido en este grupo en el que las relaciones de dominación crean una tensión casi permanente. En esta oscura realidad, pueden surgir breves destellos de compañerismo e incluso afecto, hasta con una de las educadoras, que intenta ayudar a Liam a recuperar algo de autoestima. Pero la violencia está siempre presente, latente y lista para estallar en cualquier momento...

Acompañado por el distinguido director de fotografía Nico Karakatsanis (cuyo talento se ha exhibido en películas tan diversas como Bullhead [+lee también:
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y la producción estadounidense Yo, Tonya), Koen Mortier nos impacta con cada uno de los obstáculos que encuentra Liam al valerse de una cámara en movimiento con la que se acerca lo más posible a las pruebas a las que se enfrenta. Las escenas —a menudo desafiantes— ambientadas en el centro de menores arrojan una luz extremadamente veraz sobre lo difícil que es vivir en estas instituciones y mantenerlas en funcionamiento, pero la atmósfera general sigue siendo extremadamente sobria, rozando lo sórdido, lo cual hace que la película resulte —por momentos— increíblemente aterradora al tiempo que refleja el complicado camino recorrido por un Liam brillantemente interpretado por el joven Thibaud Dooms.

Skunk ha sido producida por la belga Czar Film y coproducida por la neerlandesa BALDR Film. Las ventas internacionales de la película corren a cargo de Reason8.

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(Traducción del francés)

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