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IFFR 2024 Competición Big Screen

Crítica: Portrait of a Certain Orient

por 

- Marcelo Gomes narra la historia de una huida desde el Líbano hasta Brasil a través de un drama en blanco y negro que entremezcla pasión, memoria y deseo

Crítica: Portrait of a Certain Orient
Wafa'a Celine Halawi y Charbel Kamel en Portrait of a Certain Orient

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, la nueva película de Marcelo Gomes, que ha sido presentada en la competición Big Screen del IFFR, es una adaptación de la novela homónima de Milton Hatoum cuyos protagonistas son dos hermanos libaneses (Emir y Emily) que huyen a Brasil para escapar de la guerra. Durante su largo viaje en barco, Emily (Wafa'a Celine Halawi), que procede de la parte cristiana del Líbano, se enamora del comerciante musulmán Omar (Charbel Kamel), lo cual desata la ira de su hermano Emir (Zakaria Al Kaakour). Tal y como se refleja en el propio título, la película juega con la idea de un cierto Oriente, una idea estereotipada de la región que se arraiga en la mente y de la que resulta difícil desprenderse, al igual que ocurre con el conflicto perenne entre las distintas religiones, que parece hacer imposible la coexistencia pacífica entre cristianos y musulmanes. En este sentido, el personaje de Emir es fundamental, ya que es incapaz de superar el trauma de la muerte de sus padres a manos de las milicias musulmanas en la guerra civil libanesa de 1949, de manera que se lleva consigo las pesadillas que tanto le atormentan a Brasil.

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De este modo, Oriente se convierte en algo indefinido, en un país lejano que dejamos atrás para iniciar una nueva vida en el extranjero. Y aunque Emily, que al principio no tiene intención de abandonar el Líbano, representa en cierto modo la esperanza y una historia con final feliz, Emir está ahí para recordar al espectador que muy a menudo las vidas de quienes abandonan su país tras traumas colectivos como la guerra o el hambre quedan marcadas para siempre, a pesar de la cálida acogida que puedan recibir en el país al que se desplazan. Uno de los aspectos más interesantes de la película de Gomes —rodada en el clásico blanco y negro— es el nacimiento de la pasión que une a Emily y Omar, el desarrollo de un nuevo vínculo que da lugar a algo diferente y convierte Brasil en una utopía, una tierra prometida donde la gente es libre de amar a quien quiera. Sin embargo, la secuencia central de la película —ambientada en el corazón de la Amazonia— pone de manifiesto el peligro inherente a idealizar un país anfitrión en el que los pueblos indígenas se ven obligados a luchar contra la especulación de quienes pretenden usurpar sus tierras.

Portrait of a Certain Orient es un melodrama clásico cuyo lenguaje cinematográfico no interfiere excesivamente en la propia historia, con la excepción de ciertos insertos de fuerte sabor simbólico en los que Gomes muestra a insectos correteando frenéticamente por la naturaleza salvaje. Se trata de prácticamente una visión a vista de pájaro de los continuos movimientos de los humanos en su lucha por sobrevivir y escapar de una muerte —la propia o la de sus seres queridos— que pone constantemente en riesgo el presente. El "cierto" Oriente se convierte en una "cierta" idea de una historia de vida, construida a través de instantáneas tomadas por un fotógrafo italiano —también de viaje en Manaos— que consigue inmortalizar los momentos más felices de la existencia de Emir y Emily, reproducidos en flashback en la secuencia final. Estas imágenes constituyen una forma de reconstruir un recuerdo digno con el que se consigue explorar la legítima noción de que dejar el propio país para ir a algo nuevo y mejor es sinónimo de osadía y valentía.

Tal y como ya hizo en Joaquim [+lee también:
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en 2017, Marcelo Gomes parece más interesado en cómo reaccionan los personajes ante la historia que en la historia en sí. Y es que, aunque Portrait of a Certain Orient no cuenta mucho sobre la guerra civil en el Líbano o la situación socioeconómica de Brasil en los años 40, los espectadores acaban por tomar conciencia —a través de la intuición— de los efectos que tienen estos acontecimientos en la vida de los personajes. Esa es la magia del cine.

Portrait of a Certain Orient es una producción de las brasileñas Matizar Filmes, Gullane Filmes, Misti Filmes, Bubbles Project, Muiraquitã Filmes y Kavac Film. Las ventas correrán a cargo de la brasileña O2 Play.

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(Traducción del italiano)

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