29/01/2024 - Wannes Destoop firma una sensible ópera prima que se fija en un tipo de heroína poco visto en el cine, que reivindica su derecho a ser feliz

El joven director flamenco Wannes Destoop fue el encargado de inaugurar el Festival de Ostende el 26 de enero con su ópera prima, Holy Rosita. Wannes Destoop se dio a conocer por primera vez con el cortometraje Swimsuit 46, que fue galardonado en 2011 con el premio del jurado en el Festival de Cannes. Diez años después, empezó a destacar en el mundo de la televisión con Albatros, la serie con la que se hizo con el Premio Europa a la mejor serie europea del año y recibió 14 nominaciones a los Ensor. Tras explorar la gordofobia con gran precisión en la serie, el cineasta vuelve a abordar el tema en Holy Rosita, una película con la que se vuelve a armar de valentía y pone el foco en una heroína como pocas.

La película comienza sin falsa modestia, en una cama en la que yace Rosita, una mujer que vende sus encantos con benevolencia. La protagonista de la película tiene unos cuantos clientes habituales que se sienten atraídos por su generoso y envolvente cuerpo, un cuerpo que se sitúa fuera de los cánones de belleza. Apenas puede llegar a fin de mes y pagar el alquiler con su trabajo como lavandera en un taller protegido, así que se ve obligada a desempeñar una labor adicional para ganarse la vida. Tanto más cuanto que esta actividad complementaria podría perfectamente ayudar a Rosita a cumplir el sueño de ser madre que hasta ahora se le ha negado. Wannes Destoop retrata en la cinta a una mujer frustrada cuyo cuerpo está bajo el control tanto de su familia como de la sociedad. Al verse constantemente infantilizada por el sistema y sus seres queridos, Rosita decide tomar las riendas de su destino y asumir todo lo que se le ha prohibido hasta ahora, de manera que oculta el embarazo que desea desde hace tanto tiempo para poder llevarlo a término. Rosita tiene alma de niña, y tanto es así que su mejor amiga tiene 8 años. Juega con y como ella para perderse en esos momentos de libertad que le ayudan a olvidarse de una vida cotidiana caracterizada por las limitaciones y la precariedad. Por si fuera poco, Rosita tiene también un alma algo maltrecha y una relación conflictiva con su madre, por lo que cabe la posibilidad de que su determinación de tener un hijo le sirva para demostrar que ella misma puede ser una buena madre.

Wannes Destoop muestra una gran sensibilidad, una dulzura genuina y un verdadero talento al filmar un cuerpo tan poco habitual en el cine como el de Rosita y al acompañarlo de tan cerca —en un formato 4/3— para permitirnos sentir sus emociones. El cineasta abre nuevas vías a la ficción, inventa modelos alternativos y lucha mano a mano con su protagonista contra la discriminación gordofóbica que se interpone en su camino. Por supuesto, Rosita tenía que ser interpretada, tenía que tener una voz, una mirada y un cuerpo, y el papel no podía haberse interpretado mejor por parte de la actriz y directora de teatro Daphne Agten, que dota a su personaje de una elevada dosis de gracia e intensidad en su primer gran papel cinematográfico. Agten, que se atreve con la alegría y la esperanza y no rehúye el melodrama cuando la situación lo requiere, se desenvuelve a las mil maravillas en este viaje de emancipación.

Holy Rosita ha sido producida por De Wereldvrede, una productora flamenca muy activa en televisión para la que se trata del segundo rodaje de un largometraje tras Cargo [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Gilles Coulier
ficha de la película]. Cinéart estrenará la película en Bélgica el 14 de febrero.

(Traducción del francés)