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CANNES 2018 Quincena de los Realizadores

Crítica: Los silencios

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- CANNES 2018: El segundo filme de Beatriz Seigner (Bollywood Dream) es una cuento contemporáneo sobre refugiados envuelto en una historia de fantasmas

Crítica: Los silencios

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, de Beatriz Seigner, proyectada en la Quincena de los Realizadores del Festival de Cannes, cuenta la historia de tres refugiados, una madre, Amparo (Marleyda Soto), una hija de 12 años, Nuria (Maria Paula Tabares Pena) y un hijo de nueve años (Adolfo Savinino), quienes llegan a la Isla de la Fantasía, una pequeña isla ubicada en la frontera entre Colombia, Brasil y Perú. La familia escapa de la guerra civil en Colombia; conflicto en el cual el esposo de Amparo ha desaparecido y se cree muerto.

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La primera escena establece perfectamente el aterrador realismo mágico que hará del segundo filme de la directora brasileña una pieza inquietante y cautivadora. Un bote atraviesa el agua y lo poco que podemos ver en la espesa oscuridad lo vemos gracias a la luz de la lámpara que utilizan para guiar a la embarcación. Solo podemos distinguir algunas áreas del pantano y pequeños puntos de luz en la distancia. Los inquietantes sonidos de la naturaleza que escuchamos son similares a los utilizados por Lucrecia Martel en La ciénaga. Por la manera en la que Los silencios rompe con la continuidad lineal, está claro que la directora es una gran fanática de Martel. Cuando la familia llega a la isla, una figura los saludad desde la oscuridad diciendo: “No pensé que estuvieran vivos”.

La isla es famosa por sus fantasmas. Un limbo en donde ninguno de los países que la rodea ejerce su soberanía sobre ella. Los refugiados también terminan en el medio de todo. Amparo espera noticias sobre la indemnización que le corresponde recibir por parte de la compañía petrolera en la que trabajaba su esposo, y su estatus de refugiados los coloca en un infierno burocrático. Tiene problemas para inscribir a sus niños en la escuela y no puede costear el uniforme que es obligatorio. Seigner utiliza la metáfora de los espíritus de esta isla en donde la gente vive en casas de madera que descansan sobre el agua por medio de estacas para mostrar que los refugiados también viven en tierra de nadie, entre los vivos y los muertos. Todos quieren aprovecharse de la familia y usarlos para sus propios fines, incluyendo a los abogados que están al otro lado del teléfono y se encargan de asegurar la indemnización para la familia. Un conglomerado empresarial también quiere desplazar a los residentes de la Isla de la Fantasía para construir un nuevo casino.

La película también utiliza el fin de la guerra civil en Colombia y el acuerdo de paz entre gobierno y las FARC para estudiar el efecto que la guerra tiene en los miembros de familias inocentes. Es un filme sobre cómo lidiar con la pérdida de un ser querido y también sobre si es posible perdonar a aquellos responsables de tal pérdida. Aun así, Seigner cuida no presentar estos puntos de manera muy explícita; se asegura de que estos aparezcan poco a poco mientras nos encontramos cautivados con historias de fantasmas y sobre quién y qué es o no real.

Los silencios fue producida por Miriade Filmes de Brasil y Enquadramento Produções, Ciné-Sud Promotion de Francia y Diafragma de Colombia. Pyramide International se encarga de sus ventas internacionales.

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(Traducción del inglés por Javier Campos)

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