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PELÍCULAS Croacia / Eslovenia

Crítica: Days of Madness

por 

- En su primer largometraje documental, el croata Damian Nenadić les da una cámara a dos individuos con problemas mentales para que ellos mismos se graben

Crítica: Days of Madness

El enfoque que el cineasta croata Damian Nenadić escogió para su primer largometraje documental Days of Madness [+lee también:
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involucró el darle cámaras a varios pacientes con enfermedades mentales, permitiéndoles filmarse a sí mismos para después editar las cientos de horas de material hasta convertirlo en una película de 73 minutos. Este enfoque tiene sus desventajas pero el resultado final es una experiencia franca, conmovedora y en muchas maneras, reveladora. El filme tuvo su estreno mundial en ZagrebDox, donde recibió una mención especial en la competición regional. 

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Aunque Nenadić inicialmente seleccionó a más protagonistas potenciales, por varias razones éticas y legales, terminó con material de dos personas que sí pudo utilizar. En la primera escena del filme podemos verlos juntos. Mladen y Maja casi parecen dos jóvenes normales cuando se ríen de la gran cantidad de drogas que deben tomar pero pronto descubrimos que lo que percibimos como juventud es realmente la otra cara de sus diagnósticos. Los dos tienen más de 40 años y Mladen sufre de una forma de esquizofrenia paranoide mientras que Maja, que se identifica como un hombre, sufre de desorden bipolar.

El filme, que fue editado por Sandra Bastašić, parece seguir la forma que toman estas enfermedades, alternando los momentos breves y agradables con otros más largos y desagradables. Maja termina en el hospital cuando su hígado falla a causa de las drogas que está utilizando mientras que por el otro lado, Mladen tiene problemas en su hogar, con su padre que le prohíbe filmar en su casa. Mladen también trata de encarar sus problemas, entre otras cosas, al lidiar con un sacerdote el cual una vez le dijo que la psiquiatría no puede ayudar al espíritu y que más bien debía recurrir a Dios. Maja culpa a sus padres por su manera de ser; hay una escena muy perturbadora en la cual coloca fotografías de sus padres sobre una mesa, maldiciéndolas y diciendo que murieron para huir del problema, para luego terminar llorando sobre la tumba de su madre.

Inicialmente, Days of Madness parece casi un proyecto de un videoaficionado, debido a que eso es exactamente en lo que consiste, con los protagonistas narrando lo que hacen mientras graban (“aquí estoy haciendo café”), pero a medida que el filme progresa llegamos a entender que es una llamada de auxilio, una crítica social y un intento por crear consciencia. Nuestros héroes no solo tienen que luchar contra su enfermedad sino que también tienen que lidiar con un sistema de sanidad obsoleto, con la falta de entendimiento por parte de sus familias y con una sociedad religiosa patriarcal. A Maja, su terapista le dijo que su desorden bipolar se debe a que es transgénero, mientras que a Mladen la actitud de sus padres terminó por convencerlo de que él es el culpable de sus problemas, aumentando así su nivel de culpa y de vergüenza. Después de todo, fue su madre quien pensó que era mejor visitar a un sacerdote antes que a un doctor. Pero hay una luz al final del túnel, todo gracias a un taller terapéutico impartido por el famoso actor croata Leon Lučev, en donde los alentaron a describir y a interpretar sus problemas para poder confrontarlos más fácilmente. 

Days of Madness es una coproducción de la compañía croata Restart y la eslovena Petra Pan Film Productions.

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(Traducción del inglés por Javier Campos)

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