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PELÍCULAS Hungría

Budapest Noir: El asesinato de la calle Nagydiófa

por 

- Eva Gardos homenajea a los clásicos del cine negro y se sumerge en los bajos fondos de la capital húngara en 1936

Budapest Noir: El asesinato de la calle Nagydiófa

"Trabajo en el mundo del crimen desde hace ya tanto que he desarrollado un sexto sentido; las cosas no son lo que parecen". En el respeto de la tradición del cine negro, con sus secretos, sus testimonios recalcitrantes, sus golpes bajos y sus amenazas cada vez menos veladas, Eva Gardos lleva a la gran pantalla Budapest Noir [+lee también:
tráiler
entrevista: Réka Tenki
ficha de la película
]
, la novela homónima de Vilmos Kondor, a partir de un guion de Andras Szeker. Sin embargo, aunque el largometraje, distribuido el 2 de noviembre en los cines húngaros de la mano de Big Bang Media tras su estreno mundial en el festival de Chicago, respeta con toda fidelidad la receta del género, osa añadir un ingrediente histórico de peso: la intriga, en efecto, transcurre en 1936, en una Hungría ensombrecida por el fascismo. De hecho, la cinta arranca con la fastuosa llegada a la estación del ataúd del primer ministro Gyula Gömbös, que acababa de cerrar una alianza con la Alemania nazi.

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Zsigmond Gordon (la revelación Krisztián Kolovratnik) es un periodista especializado en asuntos criminales, formado en Estados Unidos y muy bien relacionado en los círculos policiales, que no se interesa en absoluto por la política. Sus allegados lo tachan de cínico, si bien él se considera a sí mismo un realista que no cree en nadie más que en sí mismo. Gordon vive obnubilado por las perspectiva de protagonizar titulares contando "el destino de quienes acabaron siendo detenidos finalmente por la muerte"; y, justamente, le cae un asunto de ese calibre con el descubrimiento del cuerpo de una desconocida (Franciska Törocsik), abandonada en un patio de un barrio marginal. Todo aprece indicar que se trata de una prostituta que no sobrevivió en una ciudad inundada por la miseria; sin embargo, la víctima llama la atención de Zsigmond porque ya se la había cruzado por casualidad una vez y, sobre todo, porque él la vio desnuda en una foto que descubrió al husmear (otro de sus vicios) en la oficina de su amigo el jefe de policía Gellert (Zsolt Anger). La desaparición del cadáver de la morgue confirma su intuición y, ayudado por Krisztina (Reká Tenki), con quien mantiene una cierta relación, va tras su pista empezando por el fotógrafo (Szabolcs Thuroczy) y siguiendo por los bajos fondos de la ciudad, desde los mafiosos locales (Zoltan Schneider) hasta los burdeles de lujo (Kata Dobo), pasando por el Ring Klub, que es de lo más chic y que está regentado por el barón András Szöllösy (Janos Kulka). Su obcecación en destapar la verdad, sin embargo, entrañará cada vez más peligros.

Budapest Noir
brilla sobre todo en su factura clásica gracias a la fabulosa reconstrucción histórica, debiendo así mucho a los talentos de Elemer Ragalyi en la dirección de la fotografía y de Pater Sparrow con los decorados. La cinta de Eva Gardos cuenta con interpretaciones sólidas, avanza por un hilo narrativo lleno de peripecias y menos previsible de lo que podría parecer en un primer momento y acaba creando una atmósfera muy estimulante en la que las flores del mal, el saldo de cuentas, los chantajes y los sacrificios se entremezclan con un periodo histórico en el que la oscuridad triunfó sobre la luz.

Budapest Noir
 es una producción de Pioneer Pictures. Su agente de ventas internacionales es el Hungarian National Film Fund.

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(Traducción del francés)

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