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VIENNALE 2017

Gwendolyn: las batallas internas y atléticas de una mujer notable

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- El nuevo documental de Ruth Kaaserer, proyectado en la Viennale, presenta a una halterófila veterana que vuelve a competir tras superar un cáncer

Gwendolyn: las batallas internas y atléticas de una mujer notable

La protagonista del nuevo documental de Ruth Kaaserer, titulado Gwendolyn [+lee también:
tráiler
ficha de la película
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y preestrenado en la Viennale antes de su estreno mundial oficial en el DOK Leipzig, se llama Gwendolyn Leick. Esta mujer austriaca, afincada en Londres y de unos 60 años es una antropóloga jubilada y escritora a tiempo parcial que acaba de superar un cáncer y que años atrás fue atleta. Sus primeros pasos en las competiciones de halterofilia los dio a los 52 años, logrando los títulos de campeona europea y mundial en la categoría de menos de 52 Kg. Ahora, después de recuperarse de una dolorosa enfermedad, Leick se ha propuesto recuperar el trono. Para ello, trata de llevarse al límite día tras día controlada y dirigida de cerca por su entrenador, Pat; apoyada por su marido, Charlie, un marfileño aparentemente más joven, y visitada ocasionalmente por sus familiares.

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Gwendolyn es el segundo largometraje documental de Kaaserer, que en 2014 presentó Tough Cookies. Ambas obras presentan a mujeres en plena lucha física en deportes exigentes y considerados casi “masculinos”: si en Tough Cookies veíamos a tres mujeres boxeadoras de Estados Unidos, aficionadas o profesionales, luchando por superar las reticencias de la sociedad para llegar al fondo de sí misma a través de un deporte a menudo brutal, en Gwendolyn Leick encontramos otro tipo de protagonista. Leick es una mujer apaciguada, con una vida aparentemente plena, sin necesidad de probar nada a nadie. Su lucha no es contra sus competidoras sino contra su enfermedad, que acecha a la vuelta de cualquier esquina. Es el prototipo de mujer fuerte y la principal razón por la que la película funciona bien más allá de las etiquetas de deporte y de superación de enfermedades.

La cinta fue rodada en el Reino Unido, Alemania, Austria y Azerbayán, donde tuvo lugar la competición final, y sigue por estos lugares el viaje atlético y personal de Gwendolyn sin dejar de penetrar en el alma de esta atípica mujer y en su atípico recorrido. Kaaserer y su director de fotografía, Serafin Spitzer, prefieren permanecer cerca de su protagonista en su hogar, en el gimnasio y en las competiciones a las que asiste, centrándose en sus expresiones faciales y en su tensión muscular, si bien también le dan espacio para respirar en momentos más contemplativos, como en sus paseos por la naturaleza y sus descansos en la terraza, sugiriendo así que hay algo más que el dolor físico y el sentimiento de realización que dan los resultados deportivos. La halterofilia puede antojarse una metáfora clavada para la rutina diaria que supone sacar adelante una vida pero en Gwendolyn funciona gracias a una protagonista retratada como un ser humano completo e integral.

Gwendolyn es una producción de su propia agencia de ventas internacionales, Soleil Films.

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(Traducción del inglés)

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