30/11/2016 - La cinta de la directora austriaca Tereza Kotyk, la historia de dos personajes que no se conocen en persona pero que tienen un extraño vínculo, se ha estrenado internacionalmente en Black Nights

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tráiler
entrevista: Tereza Kotyk
ficha de la película], de la directora austriaca de ascendencia checa Tereza Kotyk, se ha estrenado internacionalmente en la competición Óperas Primas del Festival Black Nights. Este drama formalista nos cuenta la historia de dos personajes que no se conocen en persona pero que mantienen un extraño vínculo afectivo.

Hannah, veinteañera, (Anna Aström) ha regresado a su ciudad natal, Innsbruck, para vivir con su madre y su hermano pequeño, a quien lleva al colegio cada día. Nunca llegamos a descubrir que le sucede a ella (en caso de ser algo específico), pero claramente intenta aceptar su pasado escribiendo poéticas frases en papel. Por otro lado, Max (Stipe Erceg), es un taciturno ejecutivo que vive en un chalé curiosamente impersonal y modernista. Va a trabajar a diario y sale a correr o a montar en bici con un amigo por la naturaleza en los alrededores de Innsbruck.

Un día, cuando Max está en el trabajo, Hannah entra en su casa, titubeante al principio, y comienza a hacerlo todos los días, dejando huella de su presencia: aumenta la calefacción, se come sus caros pralinés, le da la vuelta a los vasos, y cotillea su álbum de fotos privado donde almacena los recuerdos de un amor pasado, una famosa fotógrafa. Max parece intrigado por el intruso en el premeditado orden de su casa de acero y cristal, que finalmente le deja a Max una nota “(Yo) no tengo miedo”.

Estas almas solitarias crean una extraña vinculación afectiva a través de los mensajes de Hannah. Aunque Aström es sueco, Hannah es claramente un alter ego de la directora, no solo por su herencia checa. El estilo visual de la película es acorde a la sensibilidad poética de su protagonista. La cámara a menudo insiste en las texturas de la casa. Las imágenes de la directora de fotografía Astrid Heubrandtner evocan el tacto sintético de las superficies y muestran cómo Hannah huele y siente su entorno, además de verlo. La acentuada y melódica música de piano de la compositora checa ganadora de un Óscar Markéta Irglová es un fuerte apoyo a la hora de transmitir las sensibilidades de los personajes.

El complejo y universal tema del hogar se aborda de manera literal, y afortunadamente no se expande innecesariamente en el diálogo en términos filosóficos. A través de la película, parece que los personajes se adentran en la búsqueda emocional del sentimiento de sentirse en casa, y al final, podría decirse que lo encuentran. Los movimientos de los personajes se repiten una y otra vez, lo que establece sus rutinas diarias y la lenta progresión de su relación.

Con un esquematizado argumento, Kotyk se las arregla para mantener una fina capa de suspense, a pesar de los misterios del pasado de los personajes que se quedan sin resolver, y esto puede frustrar al público. La belleza de los descubrimientos accidentales del (no) encuentro contiene un tipo de alegre melancolía parecida a la de Charlotte y Bob en Lost in translation. Aunque la premisa de la historia podría haber dado pie a una película mucho mayor, para ser una ópera prima posee un contraste bastante distintivo. Consigue que te acuerdes de ella y que desees que los protagonistas tengan un futuro juntos, así como la próxima película del director.

Home Is Here ha sido producida por Kranzelbinder Gabriele Production (Austria).

En colaboración con

 

(Traducción del inglés)