19/10/2015 - La ópera prima de Gabriele Mainetti, programada en la selección oficial en la Festa di Roma, es un film sorprendente, lleno de inventos y ambientado en los barrios problemáticos de la periferia romana

Roma, la mafia y la periferia degradada: un escenario que no desconoce el cine italiano más reciente (Non essere cattivo [+lee también:
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entrevista: Stefano Sollima
ficha de la película] por citar no más que un par de títulos); pero en la sorprendente ópera prima de Gabriele Mainetti, además de tiroteos, palizas, tráfico de droga y tratos con la camorra, aparece un elemento adicional y atípico: los superpoderes. Le llamaban Jeeg Robot [+lee también:
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entrevista: Gabriele Mainetti
ficha de la película] llega a la selección oficial de la 10º Festa del cinema di Roma como una ráfaga de aire fresco mezclando géneros y elementos con inventiva y atrevimiento: una fábula urbana a la vez divertida y melancólica, que no da tregua pero que deja al espectador con una sonrisa de la mano de un Claudio Santamaria que asume, en un papel tan extraordinario para él como para el cine italiano, el papel de superhéroe.

 

El film de Mainetti no lo viste en ningún traje especial: el uniforme de Enzo, un pequeño delincuente de Tor Bella Monaca, consiste en una chaqueta negra con capucha. La fuente de sus superpoderes la encuentra en el agua sucia del Tíber. Solo, introvertido y con sobrepeso (Santamaria tuvo que engordar 20 kilos para hacerse con el papel), el personaje vive en un apartamento mugriento y se nutre a base de flanes de vainilla. Una vez que descubre su fuerza sobrehumana, roba el dinero de un cajero bajo la vigilancia de las cámaras. El vídeo se publicará posteriormente en YouTube y lo verán miles de personas, lo que lo convertirá en una celebridad, el “supercriminal” que buscan tanto la policía como el Zíngaro (Luca Marinelli, aplaudido recientemente por su trabajo en Non essere cattivo). El Zíngaro es un jefe loco y ambicioso de una banda criminal enfrentada al grupo de otro camorrista llamado Nunzia. Su sueño es poner los superpoderes de Enzo al servicio de sus megalómanas intenciones criminales, tales como hacer saltar por los aires el estadio olímpico durante el derby entre la Roma y la Lazio, sólo para dar a entender a la ciudad quién manda allí. Le llamaban Jeeg Robot alberga espacio incluso para el amor. La dulce y alterable Alessia (la debutante Ilenia Pastorelli, antigua participante en la edición italiana de Gran Hermano), fan maniática de El vengador (la serie japonesa de dibujos animados de los años 80), será la primera que crea en los superpoderes de Enzo y la encargada de emplearlos para hacer el bien y ayudar a los demás. Con ella, el protagonista, demasiado acostumbrado a la soledad y a los DVDs pornográficos, descubrirá que, además de eso, tiene un corazón.

 

Todos tendrán motivos para encariñarse de esta película. Todos los personajes están bien escritos (el guion es obra de Nicola Guaglianone y Menotti); cada uno de ellos es cruel y frágil al mismo tiempo. “En la película, hay una violencia de dibujos animados, de cómic, pero también se siente mucho el dolor, característico del cine italiano”, especifica Mainetti, que ya dio que hablar con su corto Tiger Boy, premiado tanto en Italia como en el extranjero. Luego está la obsesión por lo social y el culto a las apariencias: la gestación del Supercriminal tiene lugar con teléfonos móviles que mandan sus imágenes a la red para que la gente las vea y las comparta. Enzo se convierte así en un icono; su imagen de encapuchado con un cajero automático bajo el brazo se reproduce en todas las pantallas de la ciudad. Un nuevo superhéroe nos vigila desde lo alto del Coliseo a la vez que un nuevo director nos llena de ganas de ver su próxima película.

 

Le llamaban Jeeg Robot es una producción de Goon Films (propiedad del cineasta) con Rai Cinema que Lucky Red llevará a los cines italianos en febrero del año que viene.

(Traducción del italiano)