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ALBARICOQUE DE ORO 2023

Mariam Chachia, Nik Voigt • Directores de Magic Mountain

“En Georgia, creemos que si no hablamos de nuestro desagradable pasado, este desaparecerá”

por 

- El dúo de cineastas nos revela los motivos personales que impulsaron su cautivador documental, así como algunas de las tramas paralelas que acechan bajo la superficie

Mariam Chachia, Nik Voigt  • Directores de Magic Mountain

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dirigido por Mariam Chachia y Nik Voigt (también director de fotografía), compite en el Festival de Cine Internacional del Albaricoque de Oro. Allí aprovechamos para preguntar a los productores sobre el rodaje y el poderoso hombre que destruyó el impresionante hospital para tuberculosos de Abastumani.

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Cineuropa: Magic Mountain parece un cuento de hadas con muchas capas narrativas. ¿Cuál de ellas te hizo embarcarte en este viaje cinematográfico?
Nik Voigt: Justo después de conocernos, Mariam me contó que una vez estuvo a punto de morir, pero no quiso desvelar nada más. Me quedé un poco en shock: ¿por qué alguien diría algo así y luego lo mantendría en secreto? Unos meses más tarde, Mariam me dijo que había tenido tuberculosis, un tabú del que le costaba hablar. Debido a su pesadilla recurrente con Abastumani, decidimos ir juntos con una cámara y ver si Mariam podía enfrentarse a sus miedos.

Parece que ambos os integrasteis bien en este remoto hospital. ¿Cuánto tiempo pasasteis allí y cómo os ganasteis la confianza del personal y los pacientes?
Marian Chachia: Como era una institución cerrada, primero obtuvimos permiso del Ministerio de Sanidad para rodar. Sin embargo, no sabíamos cuál sería la reacción de los pacientes. Era 2014, antes de que llegaran los nuevos antibióticos a Georgia, y rodamos allí hasta 2019. En Abastumani había muchos pacientes paliativos que simplemente esperaban un milagro. Algunos llevaban en el hospital entre cuatro y cinco años.

N.V.: La primera visita fue importante porque Mariam se presentó como expaciente de tuberculosis. Esto nos abrió muchas puertas a las habitaciones y a las vidas de los pacientes, pero también a los médicos, que comprendían bien el pasado de Mariam. Los pacientes se aferraron a su historia de recuperación. Además, el hecho de que alguien del mundo exterior mostrara interés por ellos facilitaba las cosas.

Cuando decidiste hacer la película, ¿sabías que demolerían Abastumani?
N.V.: No teníamos ni idea, y nadie lo supo hasta que ocurrió. Cuando llevábamos un tiempo rodando, empezamos a oír rumores de que el edificio podría venderse, pero nadie sabía la verdad. Sólo gracias a las buenas relaciones con los pacientes descubrimos que todos habían sido trasladados, así que nos apresuramos a ir allí con la cámara.

M.C.: Acabábamos de empezar la posproducción con nuestra editora francesa, Celine Kelepikis. Habíamos rodado una película sobre los habitantes de Abastumani. Estaba casi lista para su estreno cuando nos enteramos de que el hospital se convertiría en un hotel, así que decidimos modificar nuestra película y seguir rodando con nuestro propio dinero. En mayo de 2019, Abastumani fue demolido en secreto, y tuvimos la suerte de haberlo filmado, pero no entraré en detalles sobre cómo accedimos al lugar.

Mencionas a este misterioso oligarca como el responsable de la destrucción de Abastumani pero nos gustaría saber más. ¿Podrías revelar algunos detalles: quién es y qué ocurrió exactamente?
M.C.: No mencionamos su nombre porque no se trata de un individuo concreto, sino del poder que poseen los oligarcas. La película hace referencia a Bidzina Ivanishvili, una de las personas más poderosas de Georgia. Controla a nuestros políticos y lo adquiere todo gracias a su riqueza. Sin embargo, hay muchos otros Ivanishvilis en todo el mundo que pueden comprar, destruir y manipular la historia únicamente a través del poder del dinero. Los oligarcas son un problema a escala mundial. Ahora, la soleada villa privada de Ivanishvilis ha sustituido al hospital de tuberculosos de Abastumani. Está rodeada por una enorme valla para que nadie pueda ver lo que ocurre en su interior.

N.V.: Ivanishvili también es políticamente activo y financia su propio partido Sueño Georgiano, en el poder desde 2012. Puede hacer prácticamente lo que quiera. Al igual que los Romanov y los soviéticos antes que él, Ivanishvilis también decidió que la magia de Abastumani debía estar en sus manos, así que compró el hospital. A pesar de las noticias que sugerían que conservaría el patrimonio del edificio, lo derribó todo.

Al final de la película, hay una frase que dice que "el futuro de Georgia es seguro, pero el pasado es impredecible", quizá refiriéndose a la continua reescritura del pasado. Pero, ¿qué hay del futuro de Georgia?
M.C.: En Georgia creemos que si no hablamos del desagradable pasado, desaparecerá. Nuestro gobierno, financiado por oligarcas, está destruyendo el patrimonio georgiano; si se borran las pruebas, será fácil reescribir la historia. Eso es lo que representa esta línea. Cuando hice Magic Mountain, para mí era crucial proyectarla en Georgia, pero ahora parece muy difícil conseguirlo. El Ministerio de Cultura ya ha empezado a censurar las nuevas películas independientes georgianas que no glorifican a Georgia.

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(Traducción del inglés por Noelia Bas Hurtado)

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